Querido papá: En medio de este dolor que mi alma siente, solo puedo decirle a Dios GRACIAS. GRACIAS papá por haberme apoyado en mi vocación sacerdotal. Yo no sería un sacerdote de Cristo Jesús si no hubieses estado a mi lado en los momentos difíciles del seminario. GRACIAS porque no dejaste de repetirme la frase que siempre tuve necesidad de escuchar: «cuando uno se lo propone, puede».
Cuando la vida me mostraba un obstáculo que había que saltar, esta frase venía a mi mente de modo constante. En cada crisis, en cada dificultad y en cada desafío se me hacía presente tu voz que sonaba como un eco en mi alma y me daba la fuerza para seguir adelante, aún peleando contra toda esperanza.
GRACIAS por enseñarme a reírme de mí mismo; por tu frase célebre que también merece ser puesta en un portarretrato: «Tomás, el mundo existe. Viví la realidad». Con esas palabras me diste la mejor vacuna contra toda ideología y me introdujiste en la filosofía «realista». Aunque no eras peronista, te gustaba repetir las palabras de Perón que dicen: «la única verdad es la realidad».
GRACIAS por tu paciencia heroica, ya que muchas veces (sobre todo en mi tiempo de adolescente) tuviste que contar hasta 100 para no explotar de bronca. Es ahí cuando te salía otra famosa frase: «matarte es poco». Ya sufriste tu purgatorio por el hecho de tener que soportarme en mi adolescencia.
GRACIAS por enseñarme a amar a Dios por sobre todas las cosas, a tenerlo a Cristo como centro de mi vida; GRACIAS por enseñarme a amar a la Virgen Madre de Dios y Madre Nuestra.
GRACIAS por inculcarme el amor al estudio, a la lectura, a los idiomas; GRACIAS por tu sentido común y transparencia; GRACIAS por tu sentido del humor e ironía que nos bajaba de lo mítico y nos hacía chocar con el «actus essendi» (la realidad).
GRACIAS por enseñarnos que el odio es una bajeza humana; que el error es siempre tal, venga de quien venga; que hay valores que son irrenunciables y que no hay que entrar en diálogo con el demonio quien es el padre de la mentira.
GRACIAS por tu amor incondicional de padre, por nunca cansarte de amar a tus hijos y a tu esposa; y jamás dejar de buscar nuestro bien. En todo lo que hiciste yo he visto tu amor de padre, aún en aquello que podría ser visto como un posible error o algo dudoso. Como padre y esposo, fuiste siempre movido por el amor a tu familia.
Hoy en día puedo decir que si volviese a nacer de nuevo, te volvería a elegir como padre una y mil veces; porque fuiste el mejor papá que jamás yo hubiese podido imaginar. Viendo tu buen ejemplo, ahora puedo entender un poquito más (aunque no totalmente) el amor de Dios Padre hacia sus criaturas, pues en cierta manera lo reflejaste con tu vida. GRACIAS por haber sufrido con paciencia muchas acusaciones absurdas y calumnias; ya que Cristo te consideró digno de compartir un pedacito de su cruz. El también fue acusado injustamente y fue contado entre los malhechores.
Vos no sos Jesucristo y como todo mortal estuviste lejos de serlo, pero el Señor te dio la gracia de imitarlo y de soportar calumnias y falsas acusaciones por defender causas justas. Como bien dijo el Divino Cordero: Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos» (Mt 5, 10-11) Papá, estoy orgulloso de ser tu hijo.
Estoy orgulloso de que mi padre se llame NESTOR FRANCISCO BEROCH, ya que tengo un padre que fue un verdadero apóstol, un verdadero cristiano y un verdadero hombre con letras mayúsculas. Te voy a extrañar, pero la esperanza de la vida eterna no la pierdo nunca. Si Dios en su misericordia nos lo permite, nos volveremos a encontrar en el Reino prometido para todos aquellos que aman a Dios.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, MIL VECES GRACIAS querido VCH.
Que en paz descanses.
(25 de Mayo de 2022)